¿Cómo escuchaban los aristócratas la música clásica?

Desde cds y la radio hasta las descargas y la música en streaming, hoy en día tenemos cientos de maneras de escuchar música en cualquier momento y en cualquier lugar que queramos, pero ¿cómo escuchaba la gente música cuando la tecnología aún no estaba a su alcance? El fonógrafo (el método más antiguo de escuchar música grabada desde casa) no fue inventado hasta 1877, así que, los emperadores y emperatrices tuvieron que buscar la manera de poder escuchar la música popular de aquel entonces.

ACTUACIONES EN DIRECTO

Sin un método con el que grabar música para poder ser escuchada posteriormente, la única manera con la que contaban los aristócratas para poder escuchar música era asistiendo a actuaciones en directo. Tres sucesivos emperadores austriacos, Leopold I, Joseph I y Karl VI, fueron los tres grades músicos dotados de una gran habilidad que crearon la agrupación más grande de músicos en Europa, contando con 76 integrantes entre cantantes, músicos y directores.

MÚSICA CLÁSICA EN EL SIGLO XIX

A partir del 1800, la tradición de que un solo aristócrata tuviera una corte entera de músicos con su propio compositor empezó a ser muy habitual, y permitió que muchos de estos músicos tuvieran un trabajo estable y encontraran con facilidad espónsores para sus eventos en público.  Sin embargo, estos eventos musicales no eran de gran envergadura, más bien, se consideraban eventos pequeños que normalmente tenían lugar en la casa de los aristócratas que buscaban una fuente de entretenimiento.

Con la excepción de cuatro conciertos anuales que eran pagados por la fundación para las viudas de los músicos, no se contaba con una temporada de conciertos planificada en la Viena de 1800. Además, la ciudad tenía una falta de interés hacia los conciertos orquestales, y por si fuera poco, los artistas tenían que pagar precios muy elevados para alquilar los espacios donde poder ofrecer su arte. Ya que los gastos eran tan altos, artistas de otras partes rara vez actuaban en Viena.

Esto contrasta totalmente con la situación de 1700, cuando genios musicales de toda Europa iban en multitud a la ciudad para hacerse más grandes.

CONCIERTOS PRIVADOS

Aunque hubiera significativamente menos conciertos públicos en el siglo XIX de lo que había habido anteriormente, casi toda la clase media alta de la sociedad y los aristócratas abrieron sus puertas y recibieron con los brazos abiertos a los músicos con el fin de entretener a amigos y familiares.

Durante este siglo, los músicos amateurs tuvieron un papel significativo en las actuaciones en Viena y otras grandes capitales a lo largo de toda Europa. En Viena, casi todos estos músicos asistieron a clases de música y actuaron desde muy temprana edad, dando como resultado muchos músicos amateurs con bastante habilidad en la ciudad, aun así, eran menos de los que había durante el siglo XVIII.

Estos músicos amateurs elegían música no muy complicada ni sofisticada para actuar, piezas como sus arias favoritas de las últimas óperas o piezas populares del momento. Mientras que estas actuaciones eran muy entretenidas para el público, el valor artístico de éstas era cuestionable.

Sin la posibilidad de actuar en teatros debido al gran coste de alquiler, músicos y compositores viajeros de toda Europa se aprovecharon de los conciertos privados. Ya que para la mayoría de los músicos recibían muchos cumplidos en ellos y era lo que estaba de moda en Viena.

¿QUIEN ESCUCHABA MUSICA CLASICA?

La música era considerada como la música pop de nuestra época. La gente escuchaba otros géneros musicales aparte de las ya apreciadas composiciones de Mozart y Beethoven. Pero a lo que ahora denominamos como música clásica era lo que más se escuchaba entonces. Desafortunadamente, a pesar de la gran popularidad de ésta, la música clásica se reservaba para la gente pudiente, ya que la población corriente no podía permitirse una entrada a un concierto.

Las personas de gobierno o la iglesia, emperadores y emperatrices, con frecuencia encargaban a grandes compositores piezas que componer e interpretar. Con el fin de recuperar la inversión que habían hecho con estos encargos, solian vender las entradas a los estrenos de estas piezas a un alto valor. Aunque la mayoría de la gente podía permitirse una entrada, no les parecía que valiera la pena invertir ese dinero a cambio de unas horas de entretenimiento.

LA MUSIC CLASICA PARA LA GENTE CORRIENTE

A pesar de no poder permitirse una entrada a un concierto, la población ansiaba escuchar las bellas melodías de Johann Strauss y Bach. Por lo que una versión considerada de peor calidad y a pequeña escala sería suficiente para mantener satisfechos a la población corriente.

Las diferencias entre la música interpretada para la aristocracia y la música para la población corriente eran que la versión para la población de clase baja era una versión técnicamente más fácil para los músicos, lo que significaba que no se requería de músicos muy hábiles para interpretarla y por tanto, eran músicos a los que se les pagaba menos y por tanto se podía rebajar el precio de las entradas sin que hubieran pérdidas.

Ésta no fue la única manera en la que la población corriente escuchaba música clásica. Aprender a tocar un instrumento o asistir a clases de canto era una actividad muy típica de momento. No solo que estuviera bien valorado intelectualmente hablando, sino que además, les ofrecía la oportunidad de reunir a su familia y amigos con la excusa de mostrar lo aprendido.

La imagen de gente alrededor de un piano no era algo ficticio, sino que era más habitual de lo que creemos. Era un evento en donde la gente que no podía permitirse una entrada a un concierto, disfrutaba de la actuación.